Los días y los años de Luis González de Alba: ¿escritura condicionada o escritura liberadora?

Resumen

Si bien los libros hablan a sus lectores por medio de sus contenidos, también lo hacen desde las situaciones en las que fueron creados. A través de estas líneas revisaré el proceso de escritura del libro Los días y los años (1971), de Luis González de Alba, tanto desde algunas de las ventajas que reportó a su autor como desde ciertos condicionamientos (políticos, de grupo y de género) a los que se vio sujeto durante su creación. Esta obra representó, en su momento, un contrapeso a la versión oficial que se manejó tras los sucesos del 2 de octubre de 1968, por medio de la cual varias generaciones pudieron conocer el movimiento estudiantil en voz de sus dirigentes. Algunos escritos, sobre todo aquellos que surgen en momentos coyunturales o en situaciones de excepción, como el que aquí nos ocupa, se encuentran sujetos a diversos intereses y tensiones que los moldean, o incluso, los determinan. Los días y los años resulta paradigmático pues, además de haberse escrito en la cárcel y de tener un origen colectivo, cuenta con una historia paralela, escrita casi 40 años después, la cual descubre aspectos del autor velados en el primer libro. ¿Desde qué “lugar” creó González de Alba su historia del ’68 mexicano, qué ventajas le reportó y cuáles fueron los condicionamientos que influyeron en su escritura? Con base en fuentes primarias como el libro objeto de estudio y las entrevistas que realicé a su autor, Luis González de Alba, y al representante del Consejo Nacional de Huelga, Raúl Álvarez Garín, y desde las nuevas perspectivas de la historia del libro y la lectura, se intenta tener un acercamiento no solo al libro y las circunstancias de su escritura, sino a aquellos procesos de índole social, política y cultural que marcaron una época.